jueves, 16 de julio de 2009

NUEVO GABINETE, NUEVAS OPORTUNIDADES SOCIALES

La presencia de un nuevo gabinete ministerial no solamente significa "oxigenar" al Ejecutivo, sino también la oportunidad que tiene el presidente de la República para fortalecer algunas debilidades en su gestión gubernamental, afectada últimamente con diversos conflictos sociales.

Estamos tan ensimismados por los conflictos, algunos de origen político y ponderados por los medios de comunicación, que muchas veces hemos olvidado que los principales enemigos del país son la pobreza y el subdesarrollo, tétricos titanes que debemos superar en los siguientes años.

El camino a recorrer es aún largo y deberá estar basado en el diálogo y el consenso social. Hemos escrito en diversas oportunidades que el diálogo es la principal herramienta del desarrollo y éste se logra cuando las partes tienen voluntad de hacerlo.

De ahí que urge recuperar el principio de autoridad, pero también las buenas prácticas de gobernabilidad que incluya al diálogo como herramienta transversal de la gestión pública. Las nuevas propuestas de desarrollo social deberán ser inclusivas y tener el respaldo de la sociedad civil organizada, especialmente de los diversos ámbitos naturales de las iniciativas legislativas, públicas y gubernamentales. Todos reclaman cambios y la población está de acuerdo con ello. Se trata, entonces, de impulsar el desarrollo social mediante nuevas y mayores inversiones en las regiones y gobiernos locales.

En la elaboración de las propuestas de desarrollo, las nuevas oportunidades implican también tener el concurso de quienes serán los beneficiados mediante las denominadas "mesas de diálogo", a fin de evitar posibles enfrentamientos innecesarios que contribuyan con el subdesarrollo, la pobreza y proyecten una imagen de país bananero. Ya no se puede perder más tiempo.

El Perú ha encontrado el camino de su desarrollo y vamos hacia ese horizonte. Los 94 meses de crecimiento económico es un indicador óptimo, pero faltan algunos ajustes en la parte social, cuyas soluciones están precisamente en las organizaciones de base.

Por cierto que de la noche a la mañana no se resolverán los problemas, muchos de ellos originados en anteriores administraciones o en los gobiernos locales o regionales. Sin embargo, es necesario respetar los acuerdos suscritos por las administraciones Del Castillo y Simon, porque el cambio de gabinete no representa ausencia de problemas, caldo de cultivo de los conflictos sociales.

Nuestros pueblos han esperado durante años la solución de sus problemas. Han sido pacientes, de ahí que algunas personas hayan confundido esta paciencia con la sumisión y humillación, violando los principios elementales de los derechos civiles, tan humanos como la vida misma. Han abusado de nuestros pueblos hasta dejarlos en la orfandad social y abandonados a su suerte. Esa injusticia es una deuda que la sociedad tiene con los grupos más vulnerables como las etnias amazónicas, pueblos andinos y comunidades urbano-marginales.

En esta nueva etapa, no solamente expresamos nuestros buenos deseos, sino que exhortamos al gabinete Velásquez a tener una vocación integradora y de servicio, visión de futuro y compromiso social con los más necesitados de nuestra patria. Son nuevos tiempos que requieren también nuevas oportunidades para todos.

Coincidimos con Basadre cuando dijo que el Perú es más grande que sus problemas, pero también estaremos atentas a las decisiones que tome el nuevo presidente del Consejo de Ministros.

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