Las encuestadoras han presentado otra vez el creciente rechazo de la opinión pública peruana a la gestión del Presidente García. En su último informe, el Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica muestra que apenas el 19 % de ciudadanos del país lo aprueba, mientras que el 75 % lo desaprueba.
En las regiones la desaprobación de García es todavía más alta. En el Norte, antes considerado el “sólido norte aprista”, la desaprobación al Presidente es de 81 %. En el Sur, esa cifra llega a 90 % y su aprobación es francamente misérrima: ¡7 %!.
La mala nota de García en el interior del país viene desde hace muchos meses. Lo que viene siendo novedad es su alta desaprobación también en la capital del país, Lima, pues aquí es donde su aprobación era mayoritaria.
Según la última encuesta de la PUC, la desaprobación de García en la capital es ahora de 69 %, y había sido 66 % en agosto. Su aprobación en la capital es ahora de apenas 24 %.
Los mas altos niveles de desaprobación los tiene García entre las mujeres, entre los hombres de mediana edad y sobre todo entre los estratos sociales de bajos ingresos. Es decir, aquellos sectores mas sensibles a los problemas económicos. Pero incluso en las capas medias altas de Lima recibe más desaprobación que aprobación: 59 contra 34 %.
De modo que la impopularidad de García ya se asentó también en Lima, pero en todo el país la cifra adversa es de más de dos terceras partes del país desaprobándolo.
¿Qué pasaría si nuestro Presidente se sometiera a un referendo revocatorio como el que, hace poco, ganó el Presidente boliviano Evo Morales?. Lo más seguro es que lo perdería, sin ninguna duda. Por eso, frente a la propuesta de que la figura de la revocatoria se aplique en nuestro país también al cargo de Presidente, sus partidarios han saltado más que hasta el techo.
Precisamente para ver la grave situación boliviana, hoy día en que se escribe esta columna, se reúnen en Santiago de Chile los presidentes sudamericanos. Esta es una reunión importantísima y seguramente los presidentes asistentes se pronunciarán en respaldo del gobierno y del orden constitucional en el vecino país. A la vez eso consolidará el rol de la Unión Sudamericana como nuevo espacio regional.
El gobierno peruano ha hecho muy bien en pronunciarse en respaldo al gobierno de Bolivia y en rechazo a los grupos que amenazan su unidad nacional. Pero este pronunciamiento ha debido ser seguido por la asistencia del Presidente García a la cumbre de Santiago, pues el caso, como ya se ha dicho, lo amerita.
No es la primera vez que nuestro Presidente falta a una cita internacional importante para la región. En casos críticos como este es cuando más se necesitan las presencias de los mandatarios y esa vocación ausente del nuestro deviene incorrecta. Al propio Perú le hubiera venido bien que en Santiago, junto a los otros gobernantes, también se vea y se escuche la asistencia y la voz del nuestro en defensa de la democracia en Bolivia.
En las regiones la desaprobación de García es todavía más alta. En el Norte, antes considerado el “sólido norte aprista”, la desaprobación al Presidente es de 81 %. En el Sur, esa cifra llega a 90 % y su aprobación es francamente misérrima: ¡7 %!.
La mala nota de García en el interior del país viene desde hace muchos meses. Lo que viene siendo novedad es su alta desaprobación también en la capital del país, Lima, pues aquí es donde su aprobación era mayoritaria.
Según la última encuesta de la PUC, la desaprobación de García en la capital es ahora de 69 %, y había sido 66 % en agosto. Su aprobación en la capital es ahora de apenas 24 %.
Los mas altos niveles de desaprobación los tiene García entre las mujeres, entre los hombres de mediana edad y sobre todo entre los estratos sociales de bajos ingresos. Es decir, aquellos sectores mas sensibles a los problemas económicos. Pero incluso en las capas medias altas de Lima recibe más desaprobación que aprobación: 59 contra 34 %.
De modo que la impopularidad de García ya se asentó también en Lima, pero en todo el país la cifra adversa es de más de dos terceras partes del país desaprobándolo.
¿Qué pasaría si nuestro Presidente se sometiera a un referendo revocatorio como el que, hace poco, ganó el Presidente boliviano Evo Morales?. Lo más seguro es que lo perdería, sin ninguna duda. Por eso, frente a la propuesta de que la figura de la revocatoria se aplique en nuestro país también al cargo de Presidente, sus partidarios han saltado más que hasta el techo.
Precisamente para ver la grave situación boliviana, hoy día en que se escribe esta columna, se reúnen en Santiago de Chile los presidentes sudamericanos. Esta es una reunión importantísima y seguramente los presidentes asistentes se pronunciarán en respaldo del gobierno y del orden constitucional en el vecino país. A la vez eso consolidará el rol de la Unión Sudamericana como nuevo espacio regional.
El gobierno peruano ha hecho muy bien en pronunciarse en respaldo al gobierno de Bolivia y en rechazo a los grupos que amenazan su unidad nacional. Pero este pronunciamiento ha debido ser seguido por la asistencia del Presidente García a la cumbre de Santiago, pues el caso, como ya se ha dicho, lo amerita.
No es la primera vez que nuestro Presidente falta a una cita internacional importante para la región. En casos críticos como este es cuando más se necesitan las presencias de los mandatarios y esa vocación ausente del nuestro deviene incorrecta. Al propio Perú le hubiera venido bien que en Santiago, junto a los otros gobernantes, también se vea y se escuche la asistencia y la voz del nuestro en defensa de la democracia en Bolivia.
Diario EXPRESO. Columna "Cuestión Previa".
Publicado el martes 16 de setiembre de 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario