lunes, 12 de enero de 2009

LO QUE DEBE MEJORARSE PARA EL 2009

El 2008 hizo crisis la economía mundial. Los EE.UU. entraron en una recesión que ha tenido efectos en Europa e incluso en Asia. Ni siquiera China ha podido sustraerse del maretazo mundial de la crisis.

En el Perú, uno de los primeros efectos de la crisis ha sido el de revelar las enormes limitaciones del gobierno encabezado por Alan García. Su primera respuesta fue que el país estaba blindado pues nuestro crecimiento era invulnerable. Esas fueron sus palabras hasta poco después de la Cumbre de APEC.

Al poco tiempo, cuando ya fueron evidentes los primeros impactos de la crisis, la caída de precios de nuestros minerales, o el desplome de la Bolsa de Valores de Lima, el gobierno, presionado por los empresarios, salió a presentar un improvisado Plan Anticrisis por 10 mil millones de soles.

Es un plan improvisado por tres razones: 1) Fue elaborado de manera atropellada, hecho demostrado en las sucesivas postergaciones de su presentación. 2) Una parte importante de las medidas de ese plan ya estaban consideradas en el Presupuesto aprobado por el Congreso para el 2009 y 3) Dicho plan carece de metas concretas que le dieran sentido a las medidas anunciadas. ¿Cómo no iba a haber improvisación si primero se niega el problema y después, por las circunstancias, se presenta una supuesta solución?

Esta secuencia de primero negar la magnitud real de los problemas y luego adoptar medidas sacadas de la manga es una constante en el gobierno del presidente García. Ha estado presente a lo largo del 2008 y ha generado graves conflictos.

Al comienzo del año apareció aquella medida del Ministerio de Educación para reducir la contratación de maestros a sólo los del tercio superior de calificaciones en sus centros de estudios. Tuvo que producirse un amplio y sólido rechazo de los gobiernos regionales y de los propios maestros para que esto se rectifique.

Luego ocurrió el conflicto de Moquegua, largamente desatendido y subestimado, hasta que estalló. El ministro de Energía y Minas nunca se dio cuenta que unos pillos estaban manipulando las concesiones mineras en su sector. Detonado el conflicto, le tocó al ministro del Interior revelar su propia imprevisión.

Después sucedió la protesta de las comunidades de la Selva, como resultado de unos torpes decretos legislativos que sin mayor consulta pretendían imponerles normas que faciliten la enajenación de sus tierras. El Congreso tuvo que derogar esos decretos para desactivar un conflicto muy grave.

El escándalo producido por el general Edwin Donayre con sus palabras sobre Chile pudo haberse atenuado si en el sector Defensa se hubieran tomado medidas oportunas respecto a ese alto oficial, cuyos desafíos a la autoridad democrática ya se habían manifestado desde antes de la publicación de su infeliz video.

2009 será un año más difícil para el Perú. Que el Presidente se haya dedicado a disfrazar la realidad es algo que puede agravar la situación. Los ciudadanos no somos tan débiles como para que nos oculten la verdad. Lo que ahora demandamos del gobierno es previsión, racionalidad y capacidad de consenso, no improvisación ni polarización.

Columna "Cuestión Previa", diario EXPRESO.
Publicado el martes 30 de diciembre de 2008.

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